El ámbito de la automatización se expande con mayor rapidez. Para el final de 2016, más de 63 millones de hogares en EE. UU. serán catalogados como «analíticos», según la compañía de análisis Berg Insight. En solo diez años, los especialistas creen que la mayoría de las personas podrá controlar sus luces, calentar sus alimentos y limpiar sus hogares a través de la voz.
Todo esto se debe a la implementación del Internet de las Cosas. A pesar de que muchos han escuchado la frase anteriormente, no conocen su verdadero significado ni como se relaciona con algo. Actualmente, se le llama «Internet de las cosas» a un «sistema de dispositivos interconectados» que pueden «enviar información a través de una red» por sí mismos. Es básicamente una red de aparatos que pueden comunicarse entre sí.
Cómo funciona el Internet de las Cosas
IoT integra cuatro componentes: sensores, conectividad, procesamiento de datos e interfaz de usuario. Esta es la base del IoT, que le permite hacer lo que mejor sabe hacer: crear información útil. Veamos qué hace cada uno de estos componentes…
Los sensores generan datos interpretando señales de fenómenos naturales o artificiales. Esta información se puede captar de numerosas formas a través de mecanismos visuales, auditivos o sensoriales. Un ejemplo simple de un sensor es la cámara de su teléfono.Aunque no es una generación de datos basada en una máquina, su teléfono puede tomar una foto y enviarla a otro dispositivo. En este caso, es un humano que envía el sensor que genera datos a través de una red inalámbrica. En realidad, la mayoría de los sensores no son tan fáciles de usar o producir como conjuntos de datos limpios, pero con los dispositivos inteligentes modernos, todo eso cambia.
Para IoT, la conectividad es igual de importante para los sensores. Esta parte de la ecuación juega un papel crucial en cómo los dispositivos pueden comunicarse entre sí. La conectividad puede adoptar muchas formas, desde radiofrecuencias inalámbricas (RF) como Bluetooth o datos móviles hasta señales infrarrojas que se conectan a otros dispositivos en distancias muy cortas. Al interconectar dispositivos, IoT puede hacernos la vida mucho más fácil. Las persianas motorizadas para casas IOT modernas, por ejemplo, permiten al propietario tener un control completo de la luz en su hogar sin perder tiempo caminando por la casa y bajando físicamente las persianas.
El procesamiento de datos es el tercer componente de IoT. Ahora, todos los datos recopilados a través de sensores se analizan en busca de patrones y tendencias para producir información significativa sobre el mundo que nos rodea. Esta es un área donde el aprendizaje automático puede desempeñar un papel importante, permitiendo que las computadoras aprendan por sí mismas a partir de patrones de datos sin ser programadas. Es una parte crítica de IoT porque permite que todos los datos recopilados por los sensores tengan un propósito y sean útiles.
Para que se lleve a cabo el análisis de datos, debe haber una forma de que las máquinas se comuniquen. La última pieza del rompecabezas es la interfaz de usuario, que nos permite a los consumidores interactuar con estos dispositivos interconectados. Los ejemplos de interfaces de usuario van desde pantallas táctiles en termostatos inteligentes hasta asistentes de voz como Amazon Alexa. Técnicamente, la interfaz de usuario es la pieza que une todo porque permite que otros componentes funcionen proporcionando entradas y salidas.
conclusión
En efecto, el concepto de IoT se basa en cerrar la brecha entre el mundo real y el virtual para mejorarlos. Permite que aparatos como electrodomésticos, hogares e incluso automóviles se comuniquen entre sí sin la participación de un ser humano. Esto nos permite definir nuevas formas de interacción que sobrepasan las interfaces de usuario tradicionales como los teclados o las pantallas táctiles.
Los cuatro componentes de Internet de las Cosas se están desarrollando constantemente a una velocidad vertiginosa, por lo que la tecnología ha sufrido un cambio tan drástico en los últimos años. Sin embargo, no es posible lograr un entendimiento total de lo que es el Internet de las cosas, ni por qué es importante, antes de que se haya explorado su potencial.